El cuadro conocido como el ayuno de San Carlos Borromeo está conservado en la Iglesia de Santa María de la Pasión de Milán.
El autor es Daniele Crespi, un pintor de Busto Arsizio, entre los grandes del siglo XVII de Lombardía.
Descripción del ayuno de san Carlos Borromeo
Esta obra es uno de sus mejores logros del autor. Se ve el santo que está en la intimidad de una habitación, en el momento de la cena, delante de una mesa. Se encuentra en un ambiente con fondo tenebroso (estilo Caravaggio). En dicha penumbra se asoman débilmente detalles como la presencia de dos personajes en el umbral de una puerta. Los elementos dispuestos en primer plano se distinguen facilmente.
Delante del Santo, a la derecha, hay otra mesa cubierta con una tela blanca con bordes oro, cuyos cantos sirven como puntos luz al igual que el crucifijo colocado por encima de ella.
La mirada del espectador se dirige a la mesa del Santo y la frugal comida destinada a él: una hogaza de pan y agua. El genio de Crespi está en la profundidad psicológica de la expresión de San Carlos. En efecto, absorto en la penitencia, contempla el pan aceptando la mortificación de la carne, con el fin de lograr la elevación espiritual. En realidad, debemos pensar con la mentalidad de los hombres del siglo XVII.
Este quadro servía a hacer meditar a quien lo observase, y para los fieles tenía un significado más potente y profundo de cualquier sermón o declaración verbal. Para los individuos, el Obispo (más tarde Santo) que se está privando de alimentos, representa un ejemplo noble a seguir, porque era un hombre que se aplicaba personalmente en lo que creía, con inflexibilidad y severidad. Famoso es el rigor de San Carlos.
Daniele Crespi se ha encargado de inmortalizarlo para que la posteridad lo recuerde muy bien.
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