En una de las visitas guiadas en Milán, cuando paso por Piazza Mercanti (Plaza Mercaderes), describo el Palacio de los Jurisconsultos. Son profesionales que conocen la ciencia del derecho y responden a las consultas legales.
Papa IV hizo erigir este edificio y fue también quien apoyó a su sobrino, Carlos Borromeo (arzobispo de Milán), a fundar escuelas y colegios según los principios del Concilio de Trento.
Fue construido en un área donde ya, en el siglo XIII, estaban las oficinas municipales, las corporaciones de los ciudadanos, los jueces, el podestá, los escribanos, las prisiones, las cámaras de los Mercaderes y el Colegio de los Doctores de la Ley. Dichas funciones fueron transferidas en un palacio cercano a este lugar, Palacio de la Razón y se destinó la nueva construcción al Colegio de los Doctores de la Ley.
El arquitecto Vincenzo Seregni se encargó de construir el edificio, en 1562, al mismo tiempo que era director de la Fábrica de la Catedral.
Representó, en el siglo XVII, un centro fundamental de las actividades económicas y cívicas de Milán.
En 1791 los franceses suprimieron el Colegio. En 1901 la Bolsa de Milán fue transferida en este palacio y en 1911 la Cámara de Comercio hasta 1957.
Los bombardeos de 1943, de la Segunda Guerra Mundial, provocaron un incendio y, en consecuencia, fue reestructurado. Después de 1957 se instaló un laboratorio para el análisis de piedras preciosas hasta 1985. A partir de este año se transformó en un lugar para la realización de congresos, conferencias, ceremonias y fiestas.
Descripción del Palacio de los Jurisconsultos
Presenta una base elevada con escalinatas, pórtico con arcos de medio punto y columnas gemelas en cuyas enjutas hay bustos de emperadores. La parte superior presenta almohadillado, ventanas con tímpanos interrumpidos, hermas las flanqueadas, alternadas a lesenas jónicas, decoradas con volutas y mascarones. En alto, una torre con un reloj.
En 1611, durante el período del dominio español en Milán, fue colocada en la base de la torre la estatua del hijo de Carlos V, Filippo II, como símbolo de justicia. Más tarde, dicha estatua fue decapitada y la figura de Bruto la sustituyó. Al regreso de los austríacos se colocó definitivamente la estatua de San Ambrosio, patrono de Milán, obra del escultor Luigi Scorzi.
Sugerencia
Si realizan un paseo en Milán y alcanzan Piazza Mercanti, allí encontrarán una Torre con un reloj que identifica el edificio (1272). Es la Torre de los Torriani. En efecto, la familia Torriani, muy potente de Milán, la hizo erigir. Era adversaria de la familia Visconti.
Bibliografía
Livia Negri – I Palazzi de Milano – Newton & Compton Editori
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