
Milán de los obreros una realidad que tienen más de 150 años.
En la segunda mitad del siglo XIX, con la industrialización, los trabajadores se mudan de los campos a las ciudades.
Milán no tiene programas de construcción especifica para asegurar que este fenómeno de urbanización se lleva cabo de manera controlada.
Los primeros a intervenir son personas que ponen a disposición habitaciones llamadas “conventillos”, que hoy se consideran de un cierto nivel porque tienen un interés histórico. En ese momento eran edificios superpoblados, en condiciones poco higiénicas.
Para resolver esta situación de degradación, las asociaciones de ayuda mutua enfrentan el problema de las situaciones de desventaja social y crean barrios “especiales”. Ellos garantizan a los trabajadores un nivel de vida digno, a rentas moderadas.
Hay varios barrios repartidos por toda la ciudad. Para nombrar algunos: el barrio de via Lincoln, el barrio obrero de Via Solari y el barrio de Via Mac Mahon (situado en el norte-oeste de la ciudad).
Este último, en particular, se remonta a 1908/09 y presenta una tipología muy interesante, ya que resume los barrios surgidos anteriormente. Se trata de un cuadrilátero de calles que incluyen cinco edificios de cinco pisos y catorce casas multi-familiares. Éstas pueden acomodar a dos o cuatro familias. Y no falta la parte ocupada por viviendas unifamiliares adosadas y con jardín propio. Cada habitación con su inodoro y lavabo. Lógicamente, hay un edificio para los servicios comunes.
Se observa en las casas un intento de tomar la decoración de la vivienda privada como algunos sillares falsos y algunos toques de Revival románico.
Milán de los obreros, el nacimiento de la edificación social
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