Un asesino en serie de los milaneses

Un asesino en serie que deambulaba por las calles de la ciudad de Milán.

En la calle Bagnera de Milán, no lejos de la Basílica de San Lorenzo,  vivía un albañil muy religioso llamado Antonio Boggia, que en realidad un piadoso albañil no era.

Como carnada atraía a sus víctimas (los ricos) diciéndoles que quería mostrarles material a precio conveniente. Sucesivamente utilizando por medio de un hacha de hierro procedía a la eliminación física del pobre desafortunado. Después enterraba a las víctimas en el sótano de su laboratorio. La última víctima fue incluso hecha a trozos pequeños.

Pero no siempre todo va liso porque Boggia había sido visto, a menudo, en compañía de su última víctima. Por lo que, este hecho  provocó sospechas. Entonces fue juzgado por asesinato. 

Durante todo el proceso, decía a todos de que era incapaz de comprender, alegando que no recordaba ninguno de los eventos y justificándose de tener algunos trastornos mentales que lo atormentaban. Pero cuando los agentes de la policía fueron a inspeccionar su laboratorio, encontraron un lugar  que se había convertido efectivamente en una catacumba. Los cuerpos de sus víctimas, desmembrados o hechos pedazos.

Boggia fue ahorcado y éste fue el último ahorcamiento en del Reino de Italia (9 de abril de 1862).

Un asesino en serie de los milaneses

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