El Hijo Pródigo de De Chirico es un temple sobre lienzo que mide de 87 x 59 cm pintado por el artista metafísico Giorgio De Chirico en 1922. Es posible admirarlo en el Museo del Novecento (Siglo XX) de Milán.
La pintura metafísica (muy a menudo compuesta por representaciones de maniquíes, estatuas, imágenes extrañas o personajes mitológicos) presenta perspectivas distorsionadas, puntos de fuga incongruentes y luces incoherentes. Su intención es de crear contextos absurdos por medio de escenas fuera del tiempo, con por ejemplo usando sombras ficticias. Su máxima expresión se alcanza con el artista Giorgio De Chirico que se puede considerar su fundador en 1917.
Se ve una plaza delimitada a la derecha por una columnata de estilo renacentista y a la izquierda por un paisaje de colinas. En primer plano, se puede apreciar un horizonte construido mediante una línea baja. Resalta el abrazo afectuoso de un maniquí (de color naranja cálido en contraste con un violeta frío) con una estatua de yeso de color marfil. Es la reconciliación de un hijo, con su padre afectuoso, es la parábola del Hijo Pródigo que cuenta el Evangelio de San Lucas (15, 11-32).
Quizás el maniquí represente el mismo artista en una circunstancia de su vida, por ejemplo, el retorno a la patria en 1915 por haber vivido en París por cuatro años, o el retorno a realizar otras obras de arte en 1919, luego del período en que pintaba soló bodegones con sólidos geométricos, panes y bizcochos.
La obras metafísicas de Giorgio De Chirico presentes en el Museo del Novecento de Milán pertenecen a su tercer y cuarto período metafísico. Para ver más de este artista es posible visitar la exposición de Palazzo Reale de Milán, a partir del 25 de septiembre de este año.
El Hijo Pródigo de De Chirico
Bibliografia usada:
Electa – Museo del Novecento – La Collezione
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